Carmen Toscano nació el 19 de octubre de 1910 en la Ciudad de México y murió el 14 de enero de 1988 en Aguascalientes. Se convirtió en un gran referente del siglo XX debido a su trayectoria en el cine, la televisión y en literatura. Estudió en la Escuela Normal superior y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Se trata de una autora a la que tal vez no se le ha dado el suficiente reconocimiento a pesar de su labor en distintas áreas. Respecto a su actividad cinematográfica destaca un filme realizado con el material de archivo que había reunido su padre: Memorias de un mexicano (1950), largometraje que fue reconocido con diversos premios, se trata de una de las obras con las que más se recuerda a la autora debido a lo que implicó trabajar con material de archivo y el buen resultado que obtuvo el proyecto a pesar de los inconvenientes técnicos de la época, además, un éxito atendido no sólo por el público sino también por diversas instituciones del medio (Wood, 2009, p.150).
Por otra parte, su obra literaria no ha sido tan difundida a pesar de ser numerosa, la lista de sus obras las podemos encontrar ordenada cronológicamente en la página web de la Enciclopedia de la literatura en México. Esta lista está conformada por Trazo completo (1934), Inalcanzable y mío (1936), Rosario de Acuña. Mito romántico (1948), Cierto día. Comedia en 3 actos (1950), Leyendas del México colonial. Telerrelatos (1955), La llorona (1959), Las senadoras suelen guisar (1964) y Memorias de un mexicano (1997).
Su labor literaria no se reduce a su producción como autora, sino también como fundadora de una revista única en aquellos años. La revista Rueca fue una parte fundamental en la vida de Carmen Toscano, hecho que responde directamente al fenómeno y auge de las revistas literarias alrededor del medio siglo XX. Elena Urrutia (2006) destaca que la aparición de revistas como Letras de México (1937 – 1947), El Hijo Pródigo (1943 - 1946), Taller (1938- 1940) y Tierra Nueva (1940 – 1942) forman parte de este proceso en el cual se instauró Rueca, con la peculiaridad de haber sido ideada y dirigida por mujeres (p. 367).
Rueca no fue cualquier revista, esa peculiaridad de ser dirigida sólo por mujeres obligó a Toscano a enfrentarse a retos muy específicos que tal vez no dependían de la literatura, sino de la sociedad de aquellos años. Las razones por las cuales se tenía un consejo editorial inestable y el hecho de que las integrantes se salían con frecuencia, así como la fuerte participación de alumnas de la Faculta de Filosofía y Letras fueron cirscuntastancias que Toscano tuvo que afrontar por razones extraliterarias.
El primer grupo de mujeres que integraron la revista fueron: María Ramona Rey, Pineda Juárez Frausto, Ernestina de Champourcín, Emma Sánchez Montealvo y Emma Saro, además de la misma Toscano, quien recuerda que la separación de este primer grupo fue especialmente dolorosa para la revista, pues eran miembros importantes, además que fue por una causa muy específica: el matrimonio (Fentanes Rodríguez, 1982, p.41).
Sobre esto, Elena Urrutia (2006) también señala que, si bien la revista pudo salir adelante sin la tutela masculina, no se pudo escapar a una condición de género que dominaba en aquellos años. Sin embargo, la lucha de Carmen Toscano fue larga e insistente, pues fue una de las pocas, junto con María del Carmen Millán y Ernestina de Champourcín, que no vio disminuida su vocación por las letras (p. 373).
Respecto a sus poemas, una de las constantes es el conflicto que se presenta a través los opuestos, una dualidad que se manifiesta en distintos niveles; por ejemplo, puede aparecer un yo lírico manifestándose y dirigiéndose a otro sujeto, es decir, una voz que habla de sí mismo sin dejar de tener en cuenta que lo que le ocupa es el duelo con otra parte. Esto lo podemos encontrar en el inicio del poema III de Inalcanzable y mío (1936), donde además de señalar esta dualidad por los pronombres “me” y “tí” [sic], el primer verso corresponde a la voz poética, mientras que el siguiente verso es la misma voz poética, pero hablando de ese otro sujeto:
Mientras tú te repartes
Yo me doy a tí, entera.
Este duelo de opuestos se vuelve a reflejar unos versos más adelante, pero ahora, personificando el “tí” como una ciudad con calles. Elementos como la noche y los ojos cobran importancia en este duelo:
Cuando cierras los ojos
Tu noche
Se puebla de imágenes
—como en una ciudad
Se encierran solitarias
O transitan inquietas por tus calles
Cuando cierro los ojos
Mi noche
Se llena con tu imagen
Mientras tú te repartes.
Ahora bien, notamos que lo enunciado en el poema es una relación conflictiva, dos sujetos que no se conectan, que realizan acciones opuestas, uno se reparte, mientras otro se entrega entera. A diferencia de los primeros versos, en los que la voz poética se pronunciaba únicamente hacia el opuesto, hacía “ti”, en los últimos versos prefiere hablar de ambos a través de una comparación de imágenes de “mi noche” y “tu noche”. Se puede hablar tal vez de una historia de amor o más bien de desamor, de duelo, de desdicha, a dos opuestos que no logran unirse.
En “Inalcanzable y mío”, poema que da nombre al poemario, volvemos a encontrar esta dualidad, de nuevo se manifiestan las oposiciones a través del pronombre y de los posesivos:
Inalcanzable y mío
Contradictorio afán que el alma pierde
Cuando en la certidumbre de tu ausencia
se me impone presente tu recuerdo
Además, muchas veces el género de la voz poética queda indefinido, no se habla de una pareja hombre-mujer exactamente, aunque el sujeto referido sí se identifica como masculino, por eso mencionamos que en realidad lo que llama la atención es el juego de oposiciones entre los contrarios.
La obra literaria de Carmen Toscano, su participación en Rueca y el gran éxito de Memorias de un mexicano son algunos argumentos para reclamar su sitio en la historia de la cultura mexicana, esperamos que su poesía siga siendo cada vez más leída.
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