Nació el 10 de noviembre de 1901 en San Juan Bautista, Tabasco, hoy conocido como Villahermosa, en México. Él fue un autor, poeta y diplomático mexicano a quien se le conoció como “el poeta de la inteligencia” por la pureza y delicadeza que manejaba al escribir. La historia de su vida transcurrió moviéndose entre cargos gubernamentales, sin dejar de lado la escritura; su obra literaria, aunque no fue precisamente vasta, disfrutó de hondura y originalidad, lo cual lo hizo destacar entre varios compañeros de trabajo.
A partir de 1929, laboró como maestro de Literatura Mexicana en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; otorgó clases de Historia Actualizada en el colegio Nacional de Docentes, en 1932, y además fue líder del Departamento de Bellas Artes de la SEP. Es importante destacar y no olvidar que Gorostiza perteneció al llamado grupo de Los Contemporáneos en sus años de juventud, compartiendo espacio con un grupo de literatos, entre los que destacaron Carlos Pellicer, Xavier Villaurrutia, Antonieta Rivas Mercado y Salvador Novo. Ellos se encargaron de propagar los avances culturales en México, entre 1920 y 1931.
Gorostiza fue un hombre que demostró tener cualidades tanto para las letras como para misiones diplomáticas. De esta forma tuvo la posibilidad de realizar diversos cargos dentro del ámbito gubernamental de México. En 1927 fue canciller de su país en Londres, Inglaterra.
Escribió una amplia variedad de textos que llevaron a recordarlo dentro de lírica mexicana del siglo XX. Realizó obras como Canciones para cantar en las barcas (1925), donde inició una búsqueda por la expresión poética pura, el interés por la métrica clásica y otros temas famosos; Muerte sin fin (1939), considerado como uno de los más destacados poemas largos, escritos en español del siglo XX en el que sus versos reflejan simplicidad manteniendo el diálogo entre vida común y expresión precisa intentando encontrar una poética intensa del ser, de todo el mundo y de la muerte; Poesía (1964), otro texto destacado, donde se reúnen los libros anteriores con poemas inconclusos bajo el título “Del poema frustrado” y el ensayo “Notas sobre poesía”.
Un artículo escrito por el ensayista Ronaldo Rentería habla acerca del gran escritor que fue Gorostiza, comparando su trabajo incluso con el mismo Góngora:
Es Gorostiza, sin duda, uno de los casos más logrados de la lírica mexicana contemporánea en lo último que va del siglo XX. El mismo José Gorostiza realizó una crítica sobre su primer trabajo literario, expresó que algunos de los poemas surgieron de la lectura de otros escritores. También, consideró que fue “pobre”, que en ella hubo una estructuración métrica poco cuidada, y un sentimiento muy personal. Un ejemplo está en su trabajo —"Muerte sin fin "— el cual es la elaboración perfecta de un material poético denso y vasto. Incluso me atrevería a colocarlo a la altura de Góngora, Valery, Sor Juana y Eliot. (Rentería, 2019, p. 23)
Sus dos primeras obras le brindaron reconocimiento público, y además académico. También, en 1954 la Academia Mexicana de la Lengua lo seleccionó como integrante para ocupar la silla número XXXV.
Los últimos años de vida los vivió entre sus tareas y cargos políticos, más el desarrollo de sus dos últimas publicaciones: Poesía y Prosa. Murió a los setenta y un años, en Ciudad de México, el 16 de marzo de 1973.
La obra literaria de José Gorostiza estuvo enmarcada en los movimientos de vanguardia y modernismo. La poesía del autor mexicano se caracteriza por ser reflexiva, analítica e intensa. Otorga la impresión de ser ligera pero, en el fondo, su contenido filosófico y simbólico ha despertado un interés absoluto.
Como se mencionaba arriba, una de las obras sobresalientes que hizo para la lírica mexicana del siglo XX fue el poema Muerte sin fin, mismo que lleva la temática de un vaso lleno de agua, un objeto común y corriente para el que, sin embargo, en este poema se ofrece una forma distinta de verlo, pues representa la inquietud de la vida, de la creación de la vida, del mismo lector, de Dios, del ser humano, del planeta, del ser y de la nada:
¿Qué puede ser —si no— si un vaso no?
Un minuto quizá que se enardece
hasta la incandescencia,
que alarga el arrebato de su brasa,
ay, tanto más hacia lo eterno mínimo
cuanto es más hondo el tiempo que lo colma
El poema se divide en tres piezas y en tres temáticas; en la primera habla del “yo” como hombre; en la segunda, de Dios, y en la tercera habla del cosmos. Éste se ha considerado precioso e interesante; sin embargo, sí es difícil de entender; cada quien, cuando lo lea, va a tener una perspectiva distinta del mismo.
Finalmente me gustaría recapitular dos puntos importantes: la presencia, importancia y relevancia de José Gorostiza dentro de la lírica mexicana del siglo XX, así como su habilidad a la hora de escribir poesía ya que no muchos logran lo que él: mostrar a Dios y su propia esencia a través de un vaso de agua.
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