Salvador Gallardo Dávalos nació el 9 de julio de 1893 en San Luis Potosí y murió el 30 de octubre de 1981 en Aguascalientes. Fue miembro del movimiento estridentista, y médico militar en Veracruz. Sus obras más importantes fueron: El pentagrama eléctrico (1929), Nueve sonetos de amor (1950) y Laberinto de quimeras (1966) (Bulle-Goyri, 2017).
Salvador vivió en Río Verde. Su padre también fue doctor y su nombre era Salvador Gallardo Moreno, nieto de don Pedro Moreno. Estudió en San Luis Potosí sus primeros años de medicina, pero su educación se vio interrumpida por la Revolución mexicana. Fue de la primera generación egresada de la Escuela Médico Militar. Viajó mucho por motivos de trabajo y tuvo la oportunidad de conocer a Germán List Arzubide en Puebla. Este encuentro tuvo consecuencias en su vida y en la historia literaria del país, pues con estos dos poetas junto a Maples Arce y Arquéles Vela se conformó el movimiento estridentista y en 1925 Gallardo dio a conocer el tercer Manifiesto Estridentista en la ciudad de Zacatecas. En diciembre de ese mismo año sacó a la luz El pentagrama eléctrico, publicado por la Casa Editora de Germán List Arzubide.
Salvador Gallardo falleció en Aguascalientes en el año de 1981. La importancia de Gallardo fue reconocida por List Arzubide: “Posteriormente un muchacho recién recibido de médico (Salvador Gallardo), pero muy aficionado a la cuestión literaria, al ver la revista que hacíamos dijo que eso era una revista de provincia, que ya habían pasado muchas cosas en el mundo y que mejor había que hacer revistas que tuvieran una nueva visión del mundo. Me convenció de que desbaratáramos la revista Vincit e hiciéramos una nueva revista que tuvo por título Ser" (Tomé, 1997, p. 7). Es en ese momento que Gallardo convence a List de dar un giro temático al enfoque literario que se estaba llevando.
En 1922, Gallardo se unió al estridentismo, un movimiento literario que veía a la ciudad como un espacio vital: “Desde su gesto fundacional, el estridentismo incorporó a la ciudad no solo como paisaje, motivo o personaje, sino como un territorio poético y vital que procuraba una nueva sensibilidad y una nueva forma de existencia”: (Jalife, 2021, p. 220). La ciudad fue vista por los estridentistas como una síntesis nueva de espacio y tiempo, había rechazo al pasado, crítica al presente y una exigencia a los artistas en la creación de diferentes formas de expresión poética, así como de actitudes culturales que fueran distintas y que cuestionaran su propio tiempo. Podemos presentar como ejemplo unos versos del poema breve “Carroussell” localizado dentro de El Pentagrama Eléctrico:
Sobre la angustia del pasado
El tiempo derrite las horas
Que lacran la epístola dominical
“En “Carroussell”, por ejemplo, aunque la voz poética no cobra la forma de un yo, se adivina una presencia humana en torno a la máquina, una presencia que completa y otorga sentido al cuadro presentado” (Jalife, 2021, p. 227). En estos versos nos encontramos con el lado agobiante y desolador de la ciudad y de la rutina que se intenta romper, se nos muestra un paisaje urbano como “telar concéntrico de anhelos y miradas”, tenemos campos semánticos que unen conceptos biológicos como “jardín” y “zoológico” para referirse a un espacio que también es nombrado con campos que se refieren a los sentidos del oído y de la vista: “polifonía colorista”, fundido con lo automático del “boletín” y de la “interferencia de sonidos”. Los sentidos y el interior del sujeto parecen unirse con el contexto maquinal que lo rodea.
Los estridentistas veían en la ciudad moderna representaciones gráficas de lo actual y buscaban darle forma a una nueva sensibilidad, es decir, lo urbano se convirtió para ellos en un signo de los tiempos modernos, un signo que representaba una nueva configuración del tiempo y el espacio: “ no basta con incorporar en el arte las novedades del siglo XX de forma realista o mimética. En lugar de esto, el poeta moderno debe encontrar la ‘equivalencia poética’ de las cosas por medio de un acto creativo y no imitativo, debe descubrir y recrear las ‘relaciones y coordinaciones’ que el mundo exterior establece emotiva e intelectualmente con el interior” (Arce, 1921). Y es en este acto de no imitar que radica la verdadera complejidad al configurar una nueva cosmovisión que ya utiliza en sí misma elementos preconfigurados, pero que intenta recrearlos de una manera que implique la sensibilidad y destruya la automatización. Tenemos como ejemplo unos versos de “Film” localizado en El pentagrama Eléctrico:
Restirada en el eje -¡¡Paff!! de la gasolina
se desenrolla rápida la cinta cinemática
de calles ortodoxas de la ciudad lumínica
La ciudad que vamos a encontrar en la obra de Gallardo no será igual todo el tiempo, puesto que se ve representada en diferentes facetas, como un ente vivo. Observaremos en “Film” un retrato superficial, en “Carroussell” un lado agobiante, en “¡¡Alerta!!” el lado revolucionario y de representativo de tensiones sociales, y en “Cabaret” una ciudad más placentera: “La ciudad de Gallardo es también una ciudad múltiple y llena de contrastes, a veces una urbe, a veces un puerto, y sus espacios van de los primordialmente modernos, nocturnos y multitudinarios, como el cabaret, el cine y el teatro, a otros diurnos y familiares, como el jardín o el zoológico” (Jalife, 2021, p. 228).
“De este modo, la estridentópolis gallardeana se presenta como una geografía ambivalente donde el anhelo, el furor y el entusiasmo por lo moderno convive con una sensación de angustia, pérdida y desamparo” (Jalife, 2021, p. 228). Podemos observar estos contrastes en “Cabaret” y de “Carroussell” con dos lados diferentes de la ciudad: el sensorial y placentero y el desolador y rutinario respectivamente.
Los rasgos estéticos más notorios en su obra tenían que ver justamente con la ruptura sintáctica y de modelos caducos a lo largo de su trayectoria. Tenemos un posible ejemplo en la estructura del poema breve “Puerto”, que se convierte en el vaivén de las olas, se rompe con la sintaxis tradicional y los versos comienzan a tener una sola sílaba, hay alteraciones en el uso de las letras mayúsculas y en el inicio de cada verso:
En la ruleta del faro
he perdido mis diamantes
MAS
Hay miles de cocuyos
que rayan los bazares
de
la
noche
Es así como el lenguaje se convierte en la estrategia literaria que los estridentistas usan en su afán de crear una poesía nueva: “es un empeño literario de arrancar la poesía de su antigua, muy antigua, forma objetiva, significación gramatical del lenguaje, llevándola hacia lo subjetivo, deliberadamente hacia lo irreal, donde yace el secreto de nuestra vida interior, de lo que nos conmueve nos agita” (Arzubide, 1997). Como obra representativa de Salvador Gallardo, tenemos El pentagrama eléctrico, que está integrado por 11 poemas: “Pentagrama”, “Jardín”, “Cámara obscura”, “Carrousel”, “Cabaret”, “Naufragio”, ¡¡“Alarma!!”, “Escalamiento”, “Film”, “Corto circuito” y “Puerto”.
Encontramos las características del movimiento estridentista en la poesía de Gallardo en esta “poesía equivalente” que mostraba la interioridad, los sentimientos vinculados con lo urbano, es decir, con algo que parecía ajeno a este campo de pensamiento, pero que logra fundirse y crear una experiencia poética nueva:
Muestran la consciencia de otra de las búsquedas primordiales de las poéticas vanguardistas, que es el resquebrajamiento de la inminencia del poema, al demandar la participación del lector en la recreación de la imagen poética. Para los estridentistas, la equivalencia poética significó un camino para ser escritores de un tiempo nuevo; fue un recurso que les permitió poner en relación su propia interioridad con el desbordado orbe de lo moderno, encarnado en lo urbano, lo maquinal, lo tecnológico. (Jalife, 2021, p. 221)
El poeta reconoce en varias vanguardias literarias diferentes elementos que le ayudan a constituir la idea de una corriente que tome lo mejor de todas: “ en el expresionismo una crítica social contra las dictaduras; en el cubismo, una expresión de la esencia de la realidad, una ruptura con el pasado y una lógica distinta a la racionalista; en el futurismo, una ruptura con la tradición con pretensiones de una filosofía socialista y de una nueva religión, la de la velocidad; adoración de la máquina y proyección del futuro” (Jalife, 2021, p. 221).
Entonces la emoción ocupa otra manera de expresarse, modificando al lenguaje como símbolo, que se reconstruye y se resignifica:
Los objetos de El pentagrama eléctrico no poseen un carácter meramente escenográfico, sino que suelen crear un vínculo con los habitantes de la ciudad o con la voz del poeta. “Escalamiento” es una excepción notable, pues en él no existe una presencia humana significativa, salvo por la mención de una “cosecha de noctámbulos”. Toda la vitalidad está reservada a las cosas, las cuales son las protagonistas de esta estampa de una calle mojada, iluminada por los cruces y los reflejos de las luces de los autos, los semáforos y los letreros eléctricos. (Jalife, 2021, pp. 224 – 225)
Lo que buscaba la poesía estridentista era ahondar en la imagen y que esta imagen fuera descifrada (o no) por el lector. En eso consistía llegar a la poesía pura, era la búsqueda de una imagen y una sintaxis nueva que rompiera con los parámetros métricos, semánticos y sintácticos tradicionales: “Los estridentistas buscamos una vida nueva que salga de lo concreto hacia lo abstracto, nosotros somos la abstracción” (Arzubide, 1997).
Entre las características que destacan de la poesía de Gallardo encontramos la mezcla de campos semánticos que hemos analizado en poemas breves anteriores, es decir, el léxico biológico que puede proceder de su profesión médica, con los intereses de inmiscuirse en el ámbito moderno de la ciudad: “A propósito de esta relación entre la ciudad y la voz poética, Luis Mario Schneider llama la atención sobre la presencia de un léxico poco acostumbrado entre los estridentistas, determinado acaso por la profesión del autor, quien recurre al uso de “sustantivos como seno, vientre, erección, epilepsia, flagelo, que suelen asociarse a adjetivos y verbos de parecidos significados” (Jalife, 2021, p. 224).
Es así como Gallardo logra crear un clima erótico y fisiológico unido a lo automático del paisaje urbano moderno, y logra aliviar una tensión entre elementos irreconciliables, sumando a esta mixtura las propias tensiones de la vida moderna que tenían que ver con la revolución y la agitación social. Encontraremos entonces en su poesía diferentes cuestiones: la enajenación moderna, la violencia, el tema de la separación de la amada, el acelerado ritmo de la ciudad y la fragilidad de esta.
El impacto del movimiento estridentista en la poesía mexicana del siglo XX tuvo que ver con la ruptura de los cánones establecidos, con la promoción de ideales sociales progresistas y con la pretensión de destruir todas las visiones literarias existentes para la reconstitución de una nueva forma de vivir la poesía.